Ha comenzado la Cuaresma con el lema «Volver a casa»
Volver a casa…
La parábola del “Padre Bueno” (mal llamada también la del “Hijo pródigo”) nos sirve de inspiración para centrar nuestra reflexión en el miércoles de ceniza y el resto de la cuaresma.
Volver a casa, pretende significar durante estos cuarenta días, una nueva oportunidad de regresar a nuestros orígenes, a lo más profundo de nuestra persona, a lo que somos en esencia de una manera radical (raíces). Volver a recuperar todo lo que vamos perdiendo arrastrados por un consumismo voraz que destruye nuestro planeta y nos destruye como humanidad.
El hijo de la parábola dice “Sí, me levantaré, volveré junto a mi Padre…”, nosotros y nosotras compartimos ese deseo y nos damos cuenta de que hemos de volver también a un progreso sostenible, a las energías limpias y renovables y a un cuidado de la creación como casa común .
El hijo menor de la parábola se da cuenta en medio de su fracaso de que es preciso comenzar el camino de vuelta y también nosotros, constatando nuestro fracaso ecológico, debemos avanzar en la reducción de residuos, en el cuidado de los mares y los ríos y en el compromiso de un reciclaje constante de los envases.
Jesús de Nazaret amó con pasión la tierra en la que vivió, así lo constatan sus retiros al desierto y la montaña, su vinculación al río y al lago y la presencia continua de las flores, las aves, el campo y sus cosechas en su lenguaje cotidiano. Este es el nexo que cada semana de cuaresma une evangelio y ecología en las oraciones matinales. Partiendo de los elementos de la naturaleza y la Palabra de Dios llegamos a la catástrofe ecológica y sus consecuencias.
Como colegio cristiano de inspiración franciscana no debemos olvidar el compromiso que tenemos que abordar en la construcción de un mundo más fraterno, más justo y mejor cuidado, como bien nos recuerda el Papa Franciscano en la encíclica “Laudato si”.
Paz y Bien
Equipo Pin.0
